jueves, 31 de julio de 2008

DON PEDRO FRASCAROLI

Alegre, simpático, afable...
En él se conjugaron las virtudes que todo hombre quisiera reunir.
Cariñoso, cuidó a sus hijos y familia como el tesoro más preciado.
Atento, noble, solidario, siempre con la mano extendida dispuesto a ayudar y a entregar su sonrisa.
Lo primero era: la familia y la educación.
Valoró la figura del maestro convirtiéndose en amigo fiel.
Entusiasta a tal punto que supo extenderlo al bien público puesto de manifiesto en las instituciones.
Integró cooperadoras escolares, comisiones de fomento y por muchos años fue encargado del cementerio.
Trabajó en la empresa de tener la tan anhelada Cooperativa de Luz.
La memoria colectiva, los documentos de la época y el recuerdo cariñoso hablan por sí solos de una excelente persona, don PEDRO FRASCAROLI.



Angela TAPIA de FREYTES.

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