Muchos fueron los comercios y comerciantes, y algunos comerciantes muy peculiares, tal es el caso de Primitivo NORIEGA alias “El Manco”, como le decían cariñosamente clientes y amigos.Era propietario de una verdulería instalada en casa de Don Antonio BELLIZIO; y le traía la mercadería el camión de transporte de Don Juan DIVIÚ desde Córdoba, pero “El Manco” salía de reparto a las zonas aledañas en un burro pardo, más parecía a Sancho Panza, con un canasto de mimbre colgado en el brazo amputado a 10 centímetros del codo. En dicho canasto llevaba tortas cuadradas con licor que les llamaba “borrachitos” y las vendía en las carreras cuadreras y en otras reuniones como partidos de fútbol.
De los repartos de verduras, pregonando “verduras frescas”, solía regresar más cargado aún de pollos, zapallos, sandías, frutas y nueces, todo ello canjeado por verdura.
Cierta vez venía con su burro muy cargado con pollos atados de las patas, cabeza abajo en forma de chaznas, pero el burro con dolor de lomo se dio vuelta y de un mordiscón les cortó las cabezas a los pobres pollos. Entonces como castigo al burro lo tuvo atado cinco días sin comida y sin agua. Como si al no saber hablar, no tuviera derecho a hacerse entender y ni que hablar de dolor o cansancio.
Relato de Aníbal Segundo FREYTES (1993).
Ilustración del artista plástico Segundo Argentino FREYTES (2000).
